Gracias a su participación en los diseños de «Alien, el octavo pasajero», H. R. Giger (Chur, Suiza, 1940) se convirtió en todo un referente del género fantástico. La sala Kubo-kutxa y la galería Arteko de Donostia exponen hasta el 6 de enero un amplio catálogo, compuesto de 106 piezas, dedicado a este singular constructor de pesadillas biomecánicas.
Desde muy temprana edad, Hans Rudi Giger fantaseó con los mundos imposibles que le legó la lectura de los clásicos fantásticos. Durante su niñez y adolescencia en Chur, capital de Grubünden, uno de los cantones más montañosos de Suiza, alimentó una serie de gustos y aficiones que dictarían su posterior discurso creativo y que, en la mayoría de los casos se componían de lugares secretos y personajes y figuras grotescas. En su mente se citaron las crónicas macabras de Vlad Tepes El empalador, el mito de la Bella y la Bestia, una fascinación por las armas, la música de jazz, los cráneos y huesos, el arte egipcio y una desmedida obsesión por el sexo. De todo ello nació un modelo creativo atípico que chocó frontalmente con los arquetipos del arte contemporáneo.
Hace tiempo que el poder subyugante de su provocadora obra y su inconfundible carácter visionario le situaron como uno de los principales fundadores de la actual imaginería estética de la ciencia ficción. Una importante sucursal de ese perturbador y misterioso universo puede contemplarse desde hoy y hasta el 6 de enero en la Sala Kubo-Kutxa de Donostia, que ha organizado la muestra H.R.Giger. Retrospectiva, en colaboración con la Semana de Cine Fantástico y de Terror. Ni en sus mejores pesadillas habría soñado el certamen donostiarra con un prólogo tan deslumbrante a su vigésima edición, que arrancará el próximo día 31.
Fuente: Deia y Diario Vasco.
viernes, 16 de octubre de 2009
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3 comentarios :
tengo intención de acercarme en cuanto pueda, espero que dejen sacar fotos
Yo también tengo ganas de ir.
Gabon! muy guapo el blog y tal. espero ir a la erakusketa de hrgiger antes de que se fugen.
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