miércoles, 12 de septiembre de 2012

Recordando mi ikastola

Hoy he pasado por mi antigua ikastola.
Ha sido como una rápida vuelta al pasado, casi 30 años hacia atrás al pasar por la verja de entrada y contemplar las viejas instalaciones donde yo estudiaba, al lado del nuevo edificio de preescolar que la ikastola ha ampliado.
Terminé de estudiar aquí en COU, y después volví de visita en alguna ocasión hace ya unos cuantos años. Pero siempre es esa misma sensación, un poquito nostágica, al reconocer el patio de recreo, el comedor, el edificio de “los mayores”…
Al entrar al edificio de la ESO, lo que para mí fue EGB, recuerdo las aglomeraciones para acceder al comedor, el alboroto de los niños, balones de futbol volando… y la silenciosa biblioteca que ahora me parece minúscula, con mesas que hace años para mí eran enormes.

– Amaia, berdin jarraitzen duzu!– sonríe la andereño Marga, diciéndome que sigo igual, que parece que no pasan los años para mí, y eso que hacía dos décadas que no nos veíamos.

Me enseña un dibujo que guarda detrás de la puerta de su despacho, una caricatura que realicé en 1990 de los profesores de EGB. Garabatos en blanco y negro que me recuerdan a los miles de dibujillos a boli que decoraban mis carpetas y libros…
Le digo a Marga que claro que sigo igual, sigo dibujando y me lo paso como una enana, y además ahora intento vivir de ello desde mi pequeño estudio, con muchas ganas e ilusión.

La ikastola sigue en su sitio, pero todo es distinto. Veo cambios en los pasillos, en los nuevos accesos a otras zonas, el aparcamiento… y de pronto la magia de los recuerdos se rompe cuando veo a los alumnos en grupitos, jugando con los móviles de última generación. Me ha hecho gracia, es como si “no encajaran” en la escena que yo tenía en mente. Me esperaba más algarabía, jugar a la pelota donde no se puede, gritar y perseguirse… pero no me esperaba verles con el “wasap” de un HTC como el mío, chateando en los 20 minutillos de recreo que a mí me sabían a gloria para escapar un rato de las aulas.

No se de qué me sorprendo, es algo que veo a diario por la calle y en el metro… pero me ha chafado un poco el recuerdo de mi ikastola.

Otro día volveré a visitar el edificio de COU o como lo llamen ahora. Me ha sentado bien el ratillo nostálgico y saludar a mis antiguos profes :)


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