Hace un par de meses, con el inicio del tramo de la obra de la Supersur que pasará por Ortuella, las máquinas se llevaron por delante la casa y huerta de mis aitites. Ahora sólo queda un barrizal lleno de escombros que será asfaltado, edificado o lo que sea.
Antes del "ataque de las máquinas", hice de "joven jardinera fiel" y salvé varios retoños de roble y me los llevé a mi arca particular junto con flores y plantas que transplantó mi ama.
Hoy crecen a salvo repartidos en caseríos y jardines de amigos, lejos de excavadoras terminator.
Os dejo con una ilustración digital de un superviviente.

2 comentarios :
Qué sencilla, y qué bonita! Está muy bien!
Te felicito por tu trabajo de salvadora de robles. Ante la proliferación de "terminators", faltan más como tú.
Saludos!!
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