La sociedad Aranzadi lleva cuatro años investigando las antiguas calzadas romanas que unían el Valle del Ebro y la Cuenca de Pamplona con el Pirineo. El año pasado, en el paraje de Asibar, en Aurizberri-Espinal, se encontraron dos miliarios de finales del s. III y principios del s. IV. Los miliarios son piedras cilíndricas grabadas que los romanos situaban al borde de las calzadas y que señalaban hitos importantes. Este hallazgo y la investigación de la calzada entre Espinal y Burguete ha llevado al descubrimiento de los primeros restos de Iturissa. "Ya Ptolomeo, en el siglo II, la citaba como ciudad vascona en el paso del Pirineo. Después aparece en el Itinerario Antonino, una especie de Guía Michelin de la época y también en el Códice de Rávena"
La ciudad de Iturissa ha aparecido y la mayor parte de ella está bajo tierra a la espera de nuevas excavaciones.
Restos de muros de la ciudad de Iturissa. (Aranzadi)
Fuente: noticiasdenavarra.com
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