Hicimos una ruta lineal que comenzaba en Apellaniz (Araba), para terminar en Antoñana, sin mucho desnivel.
Los entendidos en setas llevaron sus cestas, pero no vi que recogieran gran cosa comestible. No era día setero. Pero yo sí que pude traerme unas castañas para luego asar en casa. Por el bosque coincidimos con una carrera de "BTT, bicis por todas partes", así que hubo que andar con cuidado.
Los senderos empezaban a cubrirse de hojas de roble, más oscuras y menos vistosas que las de haya, pero creando un manto igualmente bonito y natural.
En el tramo "Korres-Antoñana", hicimos una parada en "El Mirador", desde donde contemplamos una espléndida panorámica de La Muela y Peña del Santo, así como de la Sierra Cantabria o Toloño.
Y para terminar, menú de sidrería en Antoñana y todos contentos.
Desde "El Mirador"
¡Parece que Godzilla le ha dado un mordisco al monte!
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